
Cerrando nuestra serie “Desmintiendo los mitos del Kung Fu en China” como aparece en Revista de artes marciales de Australia, Número 6La Parte 3 aborda una de las cuestiones más debatidas en las artes marciales modernas: ¿Es auténtico el kung fu enseñado fuera de China? En esta última entrega, exploramos lo que define el verdadero kung fu (más allá del linaje, el estilo o la técnica) y examinamos cómo la autenticidad se basa en la dedicación, la perseverancia y la guía de un verdadero maestro.
A través de la redacción de un documento de formación estudiantil de larga duración Maestro Shi Xing Jian En Maling Shaolin Kung Fu Academy, este artículo profundiza en la importancia de la herencia, los conceptos erróneos en torno al dominio a corto plazo y las etapas de aprendizaje que dan forma al camino de un practicante. Ya sea que se practique en China o en el extranjero, la esencia del verdadero kung fu no reside en la geografía, sino en el compromiso con una vida de aprendizaje. Con las ideas del maestro Shi Xing Jian, traducidas por la administradora de la academia Lisa Guo, descubrimos los principios atemporales que siguen guiando a los practicantes de kung fu en todo el mundo.
¿Es auténtico el Kung Fu enseñado fuera de China?

¿Qué define las verdaderas artes marciales? La esencia del kung fu auténtico no es solo una cuestión de técnica, linaje o estilo: es un viaje que dura toda la vida y que requiere años de dedicación y práctica. El kung fu auténtico lleva tiempo. Cuanto más practiques, más cerca estarás de comprender la verdadera naturaleza del arte, refinando tanto el cuerpo como la mente. Con este esfuerzo prolongado llega la capacidad de llevar tu cuerpo más allá de sus límites y, al hacerlo, tu mente también comienza a elevarse, creando un equilibrio entre la fuerza física y la claridad mental.
El kung fu no es algo meramente externo, sino también un proceso interno. A medida que ganas fuerza, resistencia y flexibilidad, tu mente se agudiza. Comienzas a percibir el mundo y tu lugar en él con mayor claridad. Con el tiempo, el kung fu se convierte en un puente que conecta tu cuerpo con el universo. Esta conexión entre cuerpo y mente es lo que define el verdadero dominio del kung fu. No es algo que se pueda lograr en un año, ni lo puede enseñar alguien que solo haya estudiado durante un breve período. El kung fu real requiere años, incluso décadas, de compromiso y exploración.
Aquellos que practican durante un corto período de tiempo y afirman que dominan el kung fu no son auténticos. No hay atajos. Para alcanzar los niveles más altos del kung fu, tanto el tiempo como la dedicación son esenciales. Alguien que practica durante unos meses o años y cree que está listo para enseñar, en cierto modo, se está engañando a sí mismo. Sin un conocimiento profundo tanto de los aspectos físicos como mentales del arte, solo se está aferrando a la superficie, mientras que el verdadero kung fu permanece muy fuera de su alcance. Este autoengaño puede transmitirse a otros, creando un ciclo de conocimiento superficial que carece de la sustancia de la verdadera maestría.

Un verdadero maestro no sólo comparte sus conocimientos sino también sus linajeLa autenticidad en el kung fu está profundamente ligada a la herencia. Maestro y sus discípulos Están conectados a través de una cadena ininterrumpida de conocimientos que se transmiten de maestro a alumno a lo largo de generaciones. El kung fu, tal como lo conocemos hoy, es el resultado de miles de años de refinamiento. Es imposible que alguien cree un nuevo estilo o reclame su maestría sin la guía de un maestro legítimo.
Sin embargo, el linaje por sí solo no es suficiente. El hecho de que alguien reclame un linaje específico o se vista como un monje no garantiza que sea un verdadero maestro de kung fu. En algunos casos, las personas pueden incluso comprar certificados de linaje sin haber entrenado nunca con el maestro al que dicen representar. Los maestros auténticos deben ser capaces de demostrar sus habilidades, identificar las debilidades de sus estudiantes y guiarlos para corregir sus formas, no solo diciéndoles: "Eso está mal", sino ayudándolos a entender cómo hacerlo bien. El kung fu real proviene de la práctica incansable, ya sea repitiendo un movimiento cien veces, mil veces o más. Ahí es donde reside la verdadera maestría.
Cuidado con aquellos que afirman que su estilo es el único arte marcial “real”. Esta exclusividad a menudo revela inseguridad en lugar de maestría. Cuanto más hábil se vuelve un artista marcial, más comprende que todas las artes marciales comparten las mismas raíces. Si bien los diferentes estilos pueden enfatizar diversas técnicas o filosofías, todas están interconectadas. Piense en el origen de las artes marciales como una pirámide invertida. En la base, todos los estilos comparten una fuente común y, a medida que asciende, ve cómo estos estilos han evolucionado y se han ramificado. Luego, cuanto mejor se vuelve, más cerca está de comprender que todos los estilos, en esencia, son lo mismo, como una pirámide vertical. Si tuviéramos que visualizar el panorama completo, esto finalmente forma una estructura similar a un diamante, que va desde el conocimiento de la historia: orígenes ➜ estilos, hasta la comprensión en la práctica: estilo ➜ origen.

Algunos pueden pensar que estilos como el Tai Chi y el Shaolin son opuestos: el Tai Chi es lento y suave, mientras que el Shaolin es rápido y poderoso. Pero un verdadero maestro ve la conexión. Es posible realizar movimientos de Shaolin con la suavidad del Tai Chi o movimientos de Tai Chi con la potencia y velocidad del Shaolin. Cuando alguien realmente domina un estilo, puede combinar técnicas a la perfección, reconociendo que la esencia de las artes marciales trasciende los límites de las escuelas individuales.
Entonces, ¿cómo puedes saber si alguien es un verdadero maestro de kung fu? No siempre es fácil. La capacidad para identificar a un verdadero maestro solo se logra después de presenciar a muchos artistas marciales y desarrollar una comprensión de cómo es la verdadera habilidad. Lo sabrás cuando la veas. Los movimientos de un verdadero maestro irradian potencia, fluidez y energía. Su agilidad y coordinación dejan una impresión en quienes lo observan. Por ejemplo, cuando el Maestro Bao (Shi Xing Jian) hace una demostración durante la clase, sus movimientos transmiten intensidad y potencia. Puedes sentir la energía en la sala mientras guía a los estudiantes, mostrándoles la diferencia entre la mediocridad y la maestría. Un verdadero maestro de kung fu no está allí para complacer al estudiante, sino para empujarlo al límite, asegurándose de que rinda al máximo.
La autenticidad también se puede encontrar en el linaje de un maestro. Su herencia y la forma en que enseña proporcionan pistas sobre su legitimidad. Pero en los tiempos modernos, muchas personas que buscan maestros “reales” a menudo buscan algo psicológico. Algunos disfrutan del proceso de aprendizaje por sí mismo. Otros quieren que se les empuje hasta sus límites, buscando desafíos que los obliguen a crecer. Sin embargo, no todos pueden manejar el enfoque tradicional de amor duro que es común en el kung fu chino. Particularmente para los extranjeros, los intensos métodos de entrenamiento de antaño pueden no ser adecuados.

En el kung fu chino, el proceso de aprendizaje es largo y consta de varias etapas:
- La etapa de interés:Todo resulta emocionante y nuevo. Esta etapa, que puede durar desde meses hasta un año, está llena de curiosidad y entusiasmo por aprender nuevas técnicas y movimientos.
- La etapa del aburrimiento:Después de que el entusiasmo inicial se desvanece, el aprendizaje se vuelve más desafiante. Los estudiantes comienzan a reconocer la incomodidad y la dificultad para perfeccionar sus movimientos. Esta etapa puede durar 1 o 2 años, según el estudiante. Algunos se rinden, derrotados por la dureza del entrenamiento, mientras que otros continúan.
- La etapa de “aguantar”:Quienes perseveran comienzan a encontrar nuevamente la alegría en la práctica. Empiezan a identificar sus debilidades y se esfuerzan por mejorar. Es entonces cuando empiezan a comprender la esencia del kung fu, aunque la duración de esta etapa varía para cada practicante.
- Maestría en Kung Fu:En esta etapa, el estudiante puede ejecutar técnicas de artes marciales con precisión y potencia. Tiene control de sus movimientos y disfruta del proceso de entrenamiento.
Al final, el kung fu auténtico se puede encontrar en cualquier parte del mundo, siempre que el practicante siga el camino tradicional de la dedicación, la paciencia y el estudio profundo. Pero no hay atajos. El kung fu auténtico surge desde dentro, se construye a lo largo de años de perseverancia y práctica, y se guía por la sabiduría de un verdadero maestro.
Conclusión:
El kung fu, tanto el moderno como el tradicional, no es una reliquia estática del pasado, sino una práctica dinámica que continúa evolucionando con el tiempo. Lo que muchos perciben como la “dilución” del kung fu real es, de hecho, un reflejo de la adaptabilidad y el crecimiento del arte. Desde el apoyo que recibió en la Nueva China hasta las nuevas formas que ha adoptado en el wushu moderno, el kung fu sigue siendo un pilar de la cultura china, arraigado en siglos de sabiduría, disciplina y significado espiritual.
En definitiva, el kung fu auténtico no se define por las apariencias externas, la jerga técnica o incluso las fronteras geográficas. Se basa en la dedicación, la perseverancia y el respeto por el linaje que el practicante aporta a su entrenamiento, ya sea en China o en otros lugares. Como artistas marciales, debemos desafiar las percepciones superficiales que dominan las discusiones en línea y buscar una comprensión más profunda de la verdadera esencia del arte. Ya sea moderno o tradicional, el kung fu sigue prosperando e inspirando a quienes están dispuestos a abrazar su recorrido completo: cuerpo, mente y espíritu.
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